martes, 1 de diciembre de 2009

LA ESPERANZA


La esperanza es el único bien común a todos los hombres; los que lo han perdido todo, la poseen aún.
Oh, amada esperanza, aquel día sabremos, también, que eres la vida y eres la nada.
A cada día su pesar y su esperanza.
El ocaso de una gran esperanza es como el ocaso del sol: con ella se extingue el esplendor de nuestra vida.
Que la esperanza no te lleve jamás a despreciar lo que tienes.
Si asumes que no existe esperanza, entonces garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que existe un instinto hacia la libertad, entonces existen oportunidades de cambiar las cosas.
La esperanza vieja es la más dura de perder.
La esperanza de una felicidad eterna e incomprensible en otro mundo, es cosa que también lleva consigo el placer constante.
Mientras hay vida, hay esperanza.
El temor y la esperanza nacen juntos y juntos mueren.
La esperanza es una virtud cristiana que consiste en despreciar todas las miserables cosas de este mundo en espera de disfrutar, en un país desconocido, deleites ignorados que los curas nos prometen a cambio de nuestro dinero.
Cuando uno que pierde la esperanza se vuelve reaccionario.
Hay que abrir a todo colombiano una esperanza cierta, una oportunidad operante, una expectativa legitima.
¿Por qué no tener confianza en la justicia del pueblo? ¿Hay en el mundo esperanza mejor o que pueda igualarla?
La esperanza es la sabor de una felicidad futura.
El descubrimiento de América y el paso hacia las Indias Orientales por el Cabo de Buena Esperanza son los dos mayores acontecimientos registrados en la historia de la humanidad.
Quien ha perdido la esperanza ha perdido también el miedo: tal significa la palabra "desesperado".
La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte.
Mejor es la esperanza; pues produce paciencia, arma fuerte contra la decepción temprana.
Tu amor es consuelo en la tristeza, serenidad en el tumulto, reposo en la fatiga, esperanza en la desesperación.
Los niños son la esperanza del mundo.
Tanto más fatiga el bien deseado cuanto más cerca está la esperanza de poseerlo.
La esperanza es un gran falsificador.
La misma esperanza deja de ser felicidad cuando va acompañada de la impaciencia.

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