Daniel (mi hermano) y Mariela (mi cuñada) hacía ya varios años que buscaban un bebé que no venía.Tristes y desbastados con tantos estudios tan desagradables como desalentadores que mostraban un problema orgánico en ambos y ante la opinión de varios y “destacados” médicos de que era imposible que naturalmente concibieran un bebé y textuales palabras de uno de ellos... “solo un milagro podía hacer que ellos tuvieran un hijo por vías naturales”, sus esperanzas se disipaban cada día más.No hace falta aclarar la tristeza de toda la familia que a la vez intentaba darles fuerza y ánimo aunque interiormente nos invadía la angustia.Fue así como guiados e influenciados por los doctores decidieron realizarse una fecundación in vitro.No todo resultó tan fácil como lo contaban. Luego de realizarse la extracción de óvulos de Mariela ella se mostraba sumamente dolorida pero igualmente fue enviada a la casa el mismo día de la intervención.Las horas transcurrían lentamente y el dolor se iba agudizando cada vez más hasta que llegó a ser insoportable, los médicos telefónicamente le indicaban que tomase analgésicos, ya que no podían ir a verla porque ellos viven en las afueras de Buenos Aires, a unos 45 kilómetros de Capital Federal.La desesperación de mi hermano y de todos nosotros que estabamos allí en ese momento hizo que mi mamá exija una ambulancia inmediatamente ya que Mariela se encontraba desvanecida en la cama.La ambulancia llegó rápidamente y ante el cuadro que se encontraron la trasladaron de urgencia a la Clínica Suizo Argentina.Los dolores de ella eran ya insoportables y los excelentes profesionales que la atendieron allí observaron una hemorragia interna muy grande.La gravedad de la situación hizo que fuese intervenida quirúrgicamente de inmediato; había perdido tres litros de sangre ( el cuerpo humano tiene aproximadamente cuatro litros y medio), por lo que fue necesario realizarle varias transfusiones.Gracias a Dios y los médicos que dijeron que si llegaba una hora mas tarde no sobreviviría, Mariela pudo sobrepasar esa situación; pero además del temor y la angustia por todo lo vivido llegaban nuevamente a su casa con las manos vacías y la esperanza de un bebé que cada vez se hacia más lejana.Con un dolor muy grande por la pena que el matrimonio estaba atravesando , pero con la alegría de que Mariela estuviese viva agradecíamos a Dios y a la Virgen todos los días. Ante la tristeza que vislumbrábamos en ellos, mi mamá Concepción decidió realizar un pedido a San Expedito, Santo de las causas urgentes, un Santo que no era muy conocido por nosotros hasta ese momento.Con la ayuda de Daniela, una persona muy especial para nosotros, imprimieron quinientas estampitas del Santo y mi mamá pidió con todo su amor y devoción por la Maternidad de Mariela.Las estampitas fueros distribuidas es diferentes iglesias con la misma solicitud.Un mes después un llamado telefónico nos cambiaría la vida.......mi hermano Daniel nos comunicaba que Mariela estaba embarazada y es importante aclarar que no hicieron falta los óvulos extraídos, ya que el embarazo provino por vías naturales. Cabe imaginar la alegría y el asombro de todos nosotros.¿Saben ustedes cual fue el día aproximado en que el médico les dijo que había sido concebido el bebé?Si, fue exactamente el mismo día en que mi mamá imprimió las estampitas y pidió con toda devoción el milagro.Hoy Giuliano, el bebé tan esperado, ya está entre nosotros, tiene tres meses y es realmente hermoso.Es nuestro deseo que este gran milagro de San Expedito y Dios sea conocido por todos. Muchas veces hay situaciones en nuestra vida muy difíciles, en nuestra desesperación quizás buscamos la solución en lugares errados. Lo que precisamos es AYUDA URGENTE.Pidamos ayuda a SAN EXPEDITO que es la esperanza del nuevo milenio.GRACIAS SAN EXPEDITO POR EL MILAGRO CONCEDIDO. TE ESTAREMOS AGRADECIDOS EL RESTO DE NUESTRA VIDA Y PROPAGAREMOS TU NOMBRE A TODOS LOS QUE TIENEN FE..
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